El día de la boda es un gran acontecimiento en la vida de una persona. Esto significa que el fotógrafo tiene la responsabilidad de tratar este evento como si fuera el más importante del año, porque, para los novios, es exactamente así. Pueden llevar meses o incluso años preparándose para este momento, y del fotógrafo depende el complemento gráfico de la gran ocasión.

Las fotografías de bodas actuales deberían ser un documento completo del acontecimiento, y deberían parecerse más a un cuento que a algo que ya está establecido. Cada fotografía debería transmitir, en la medida de los posible, un sentimiento relajado, natural y espontáneo, porque los clientes de hoy en día no están preparados para posar como si fueran estatuas. El propósito de una pareja moderna es obtener un documento divertido y honesto del señalado día, tal y como fue, y el antiguo principio de prepararlo todo en beneficio de la cámara pasó de moda hace ya algún tiempo. Sin embargo, incluso para un fotógrafo de estilo moderno, es importante incluir algunas de las imágenes tradicionales, ya que es lo que espera mucha gente. La proporción entre fotografía tradicionales y espontáneas, podría establecerse mediante una evaluación de las necesidades de cada cliente. Hay que asegurarse de obtener la cantidad adecuada de ambas, para ofrecer un resultado óptimo al final del trabajo.

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